UNIVERSIDAD REY JUAN CARLOS

El Departamento de Psicopedagogía de la Universidad Rey Juan Carlos lleva varios años trabajando en la línea de investigación de Educación Abierta. La Educación Abierta es una invitación científica a la “pasión de educar”. ¿De qué manera se puede llegar a la felicidad? Según decía Aristóteles en su Ética a Nicómano, para ser feliz es preciso abrirse a la amistad y desarrollar fortalezas personales, que nos ayude a disfrutar de nuestros vínculos y alcanzar equilibrio y satisfacción con lo que somos y hacemos.

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Luis Manuel Martínez Domínguez. Departamento de Ciencias de la Educación. Universidad Rey Juan Carlos

Este enfoque psicopedagógico innovador y optimista permite, de forma simple, un desarrollo óptimo de la capacidad de habitar en la motivación, que concuerda con los cinco aspectos que Seligman considera como componentes de una vida feliz.

– Emociones positivas o “vida placentera”.
– Compromiso o “vida comprometida”.
– Relaciones.
– Significado o “vida significativa”.
– Logros.

El modelo por el que apuesta Open Motivation se orienta a la adquisición de estos rasgos, y para trabajarlo de forma sistemática, se tomaron como referencia la clasificación CSV (Character Strengths and Virtues) de Martin Seligman (University of Pensilvania) y Chris Peterson (University of Michigan), que identifican 6 grandes hábitos y 24 fortalezas de carácter que conducen a una vida más feliz. La Universidad Rey Juan Carlos añade una nueva fortaleza como complemento al planteamiento de Seligman&Peterson: el sentido de la sostenibilidad.

Estas fortalezas se caracterizan por ser rasgos valorados en prácticamente todas las culturas y tienen la cualidad de ser maleables (se pueden potenciar y desarrollar), condición imprescindible para el actuar educativo.

Asimismo, se diferencian dos grandes áreas de desarrollo dentro de los hábitos y fortalezas:

Autonomía personal: En las edades más tempranas, los niños deben ir adquiriendo hábitos que les permitan ser autónomos y desenvolverse como seres individuales.
Responsabilidad social: Conforme van madurando, se va haciendo más hincapié en aquellos comportamientos relacionados con los demás, con el trato humano dentro de una colectividad.

Con el desarrollo de estas fortalezas se alcanza una forma de ser que ya Aristóteles denominaba “el buen carácter” y que retoma la Psicología Positiva en su propuesta. Los padres desean para sus hijos este carácter que les haga felices y facilite la vida a los demás.

Las fortalezas del carácter son “valores en acción”, es decir, que los auténticos valores de la persona que se hacen vida en sus manifestaciones de comportamiento (pensamientos, sentimientos y acciones) y de la repetición de estos comportamientos, la persona va cristalizando los valores en su forma de ser mediante la adquisición de hábitos.

De esta forma, se entiende que el enfoque de desarrollar fortalezas es una estrategia práctica de la educación en valores. Todo ello sin ignorar las debilidades, que deberán ser mitigadas y aceptadas para el crecimiento personal.

Este planteamiento forma parte de la Psicología Positiva, que focaliza su atención en las cualidades y características positivas humanas.